sábado, 8 de octubre de 2011

La impotencia masculina puede causar depresión en la mujer.


La disfunción eréctil se da en el hombre, pero es responsabilidad de la pareja. O dicho de otro modo, aunque es un problema del sexo del hombre, la actitud de la mujer es fundamental para superarlo.

De hecho, un estudio publicado en la revista científica Climacteric ha concluido que la disfunción eréctil está relacionada con la depresión en la mujer. El estudio concluye que en la mediana edad, la función sexual está significativamente asociada con la depresión, además del estatus hormonal y la función sexual de la pareja. Es decir, el problema del hombre afecta al ánimo de los dos miembros de la pareja.

Además, ante la impotencia del hombre la mujer pierde deseo sexual. Según una encuesta elaborada por Pfizer, la impotencia es, después de la halitosis, la primera causa de disminución del deseo sexual en la mujer española.

El 96% de las mujeres son conscientes de que esa pérdida de deseo puede tener un impacto negativo en la autoestima de los hombres, pero sólo el 88% tratan de hablar del problema con ellos.

Se calcula que un sin numero de hombres a nivel mundial sufren disfunción eréctil, aunque la prevalencia aumenta con la edad. El origen psicológico es más frecuente en varones jóvenes. En hombres mayores las causas más frecuentes son de origen orgánico (sedentarismo, hipertensión arterial, obesidad, diabetes o tabaquismo).

Se puede precipitar por factores como la falta de información sobre temas sexuales, expectativas altas y sobrevaloración de la pareja, por temor a quedar mal durante el coito, anticipación al fracaso y toda circunstancia que genera temor y estrés.

Expertos han asegurado que “la mujer tiene un papel fundamental en el diagnóstico de la disfunción eréctil y son las primeras personas, distintas del afectado, que se da cuenta o a quien se le comunica la disfunción”.

Sobre los efectos que produce esta situación sobre los hombres, la doctora es consciente de que para ellos, “es un problema masculino y así lo consideran exclusivamente porque les da vergüenza y les causa temor”.

La falta de erección provoca sentimientos de frustración, miedo, ansiedad, angustia y depresión, incrementados por los valores de una sociedad que por muchos años ha genitalizado al hombre, vinculando su capacidad de amar y proteger al desempeño sexual”. Los expertos recomiendan continuar manteniendo relaciones sexuales aunque se produzcan sin penetración