martes, 17 de mayo de 2011

En Santiago Marchantas y transporte en coches son cosas del recuerdo
















El cantadito mañanero de las marchantas que en cada amanecer recorrían calles y avenidas y el cabalgar de los coches tirados por caballo, en la ciudad de Santiago hoy se han convertido en cosa del pasado por lo que de ellos sólo queda el recuerdo.
   Hasta mediados de la década de 1990 todavía era normal ver la cantidad de marchantes que desde las primeras horas de la mañana entraban a la ciudad desde comunidades cercanas como Don Pedro, Jacagua, Los Cocos, El Papayo, Matanza y Laguna Prieta, con su burro cargado de productos.
   Entres esos artículos se destacaban el carbón vegetal, guineo, piña, naranja, aguacate, guanimo, yuca, plátanos, auyama, tamarindo, vinagre, huevos criollos  y otras frutas y productos que le eran ofertados a la población a precio asequible y con la pureza y naturalidad del campo.
   Sin embargo, en la medida  que la modernización fue creciendo estos vendedores, que en su mayoría eran mujeres fueron quedando atrás, hasta desparecer completamente del casco urbano de la ciudad de Santiago, donde se constituyeron un símbolo.
   El carbón vegetal uno de los principales productos y los anafes fueron sustituidos por las estufas tanto de uso de gas licuado de petróleo como las eléctricas, sin dejar espacio para su comercialización dado el daño que causaba a la ecología.
   Igual situación ha ocurrido con el romántico transporte de los coches, que por décadas se encargaron de realizar las mudanzas y el paseo de visitantes, pero que en los últimos años han desaparecido del escenario.
    Este medio de transporte fue eliminado por la implementación de las bases de taxis, que han invadido la ciudad, donde en cada calle ocupan las esquinas, por lo que sus propietarios se han ido a otras ciudades como la Romana y Puerto Plata que está presente las operaciones del turismo.