jueves, 27 de octubre de 2011

No es solo para hablar “bonito” que se estudia locución”.



Grisbel Medina y Ámbar Mena

grisbel.medina@listindiario.com

Santiago

No es solo para hablar “bonito” que se estudia locución”.

De acuerdo a la maestra de canto Laura Neira, la locución se refiere a la expresión de un pensamiento por medio de palabras. Ahora bien, al talento de hablar se le denomina elocuencia, cuyo objetivo es deleitar y conmover a quienes escuchan.

Para el locutor Cripriano Martínez (Ciprimar), hay dos tipos de locución, la pasiva y la activa. La primera para profesionales a quienes les urge aprender a expresarse en charlas, en la vida, y la otra para quienes ejercerán en medios informativos.

“El arte del buen hablar abre puertas, saber expresarse es la primera imagen que los receptores obtienen de alguien, pues refleja su nivel cultural”, declara.

Popularidad
Aprender de locución tienta a gente de distinto oficio, edad y color de piel. Pese a las puertas que se abren al hacer un uso correcto de la voz y canalizar bien un mensaje, las escuelas de locución no son abundantes en el Cibao. Muchas provincias carecen de centros dedicados a enseñar claves de respiración, administrar la voz y cogerle el truquito a la entonación.

En Santiago la más antigua y por ende, la que mayores frutos ha aportado, es el Instituto de Locución y Periodismo René Omar Montes de Oca, fundado en 1968 por el locutor, periodista y poeta que refiere su nombre.

MÁS LUGARES PARA ENTRENARSE
Otras con sobrada experiencia, son la Escuela de Locución del Cibao de Rubén Santana y las aulas que tutela Cipriano Martínez desde 2001.

El mundo actual casi obliga a educar la voz o la emisión consciente de sonidos. De acuerdo al locutor Rubén Santana, sin importar el área que se desempeñe, toda