lunes, 19 de diciembre de 2011

Después de haberte quemado las pestañas en la universidad..¿Qué? Quien me dara empleo?

Cada año egresan miles de nuevos profesionales en diferentes carreras. Hombres y mujeres muchos de ellos, con altas calificaciones y honores. Orgullo de sus familias, los hay pobres y muy pobres, residentes en las diferentes barriadas de nuestras ciudades grandes y pequeñas. Otros, de la zona rural.


A veces, uno trata de entender al ponerse en su lugar, lo que se siente al ver terminados los estudios universitarios sin que muchos, ni siquiera sus mismos compañeros de estudios conozcan de las vicisitudes que se pasaron para terminar la carrera.

Los discursos, el entorno, las togas y birretes, la sonrisa de satisfacción, el abrazo y las palmaditas de los profesores, amigos y familiares, la visión de futuro y las perspectivas que traerá, hacen al nuevo profesional sonreír y llorar a la vez.

Sonreír de satisfacción por haber finalizado esa importante etapa de estudios, y a la vez, llora el nuevo profesional porque sabe, él sabe, la realidad del mercado laboral en la República Dominicana.

El sabe, que aquí se habla mucho del primer empleo. El sabe, que tendrá que llevar decenas de Currículum para muchas veces una vez entregados, ser echados al zafacón y otras, ser archivados…sin muchas esperanzas.

El sabe, ese nuevo profesional si realmente estudió, que no vale por sí solo ese Currículum. También se necesita, la carta del partido, la tarjeta del dirigente político…y otras cartas de recomendaciones para alcanzar un puesto de trabajo de quinta categoría, y con todo y su maestría y diplomados pasar a devengar entre 8 a 12 mil pesos mensuales.

Muchos lo aceptan “porque no hay má ná y para no estar deambulando por las calles”

En ese nuevo campo laboral conocerán si no lo saben, encontrarán si no lo habían encontrado, a personas conocidas que sin haber terminado siquiera el octavo curso pero con un “doctorado” en “tumbapolvismo y alcahuetería”, que serán sus jefes inmediatos y por lo tanto, estarán bajo sus órdenes.

Cuando lleguen a conocer el sueldo que ganan esos “diplomados en sabiduría”, maldecirán mil veces el tiempo pasado “quemándose las pestañas”.

No disponemos por ahora, de estadísticas sobre la cantidad de graduados por carreras, en los últimos digamos cinco años en las universidades que tenemos en Puerto Plata.

¿Tenemos realmente un mercado laboral con necesidades de los profesionales que egresan de esas altas casas de estudios?

¿Dónde laboran esos nuevos profesionales? ¿Trabajaban durante sus estudios? ¿Cuáles carreras y cuales no, demanda el mercado laboral dominicano?

Que nadie crea –y aclaramos – que tratamos de desalentar, desmotivar y hasta alejar de los estudios a quienes lo hacen. ¡Lejos sea!

Lo que sí deseamos es, que quienes hemos tenido la dicha de recibir algún tipo de enseñanza universitaria, toquemos campanas, clarinadas que ayuden a otros a despertar.

Después de todo, es un deber ciudadano luchar cada quien en la guerra de las ideas expuestas, sea en la trinchera, en campo abierto o como franco tirador, para tener una sociedad más incluyente, donde no solo se beneficie el cercano anillo de los presidentes.



Ramiro Francisco